Decoración floral: Origen y evolución hasta nuestros tiempos

Las flores siguen siendo a día de hoy uno de los regalos a los que más se recurre cuando queremos mostrar nuestro cariño, afecto o amor hacia otra persona. En la actualidad existe un gran número de floristerías a la que podemos recurrir cuando queramos tener un detalle de este calibre. Incluso hay alguna floristeria en Madrid a domicilio que incluye el servicio de transporte hasta tu propio hogar. Dicho esto, volvamos al mundo de las flores para explicar de forma breve de dónde viene la tradición de usarlas.  La flor es un elemento decorativo que se utiliza en una gran variedad de situaciones, bien sean bodas, cumpleaños, nacimientos o aniversarios. Con ellas se pueden realizar verdaderas obras de arte adaptadas a casi cualquier tipo de ocasión.

Puede que creamos que el hecho de regalar flores o de utilizar arreglos florales es nuevo pero en realidad no podríamos estar más equivocados. Esta tradición se remonta miles de años atrás.

El origen de una tradición

Si queremos empezar a rastrear los inicios de esta costumbre, deberíamos retroceder casi a la prehistoria. Los investigadores han hallado varios restos fósiles ubicados en diferentes zonas que confirmarían que las flores fueron utilizadas sobre todo en los ritos fúnebres de la época. Aún no comprendemos el por qué de su utilización y es complicado averiguar más información, ya que los restos que se mantienen son bastante escasos y no están en las mejores condiciones. Quizá se utilizara como muestra de afecto hacia la persona fallecida o, tal vez, tuviera una connotación más espiritual.

Si avanzamos en el tiempo, para ser más exactos hasta la Edad Media, las pruebas que podemos encontrar de que las flores jugaron un papel importante en esta época son innegables. Tuvieron multitud de usos, desde su uso estético para adornar espacios o utilizarse como una mejora de la apariencia de una persona, hasta utilizarse para disimular malos olores.

El simbolismo de las flores en Oriente

Es de los países del este donde nace la costumbre de dar a cada flor su propio significado y su matiz. Gracias a esto, la persona que regalaba la flor podía demostrar su sentimiento hacia el destinatario o su propio estado de ánimo. Con este sencillo gesto se creó lo que en la actualidad seguimos llamando idioma de las flores.

Esta costumbre llegó a Occidente a través de una aristócrata de la época, Lady María Wortley Montagu, que después de residir un tiempo en Turquía junto a su marido y conocer este nuevo idioma, decidió llevárselo consigo en su vuelta a Inglaterra.

Mensajeras en la Era Victoriana

El llamado “idioma de las flores” se extendió como la pólvora por toda Europa como una forma nueva de expresar estados de ánimo y emociones. Durante el romanticismo, no se veía con buenos ojos airear los sentimientos públicamente, por lo que los amantes y parejas utilizaron este lenguaje en clave para demostrarse su amor. El hecho de regalar un ramo de flores era un acto con una potencia emocional enorme y una forma de demostrar una fidelidad total.

Esta costumbre, no se convirtió solo en un hábito, también paso a ser  una casi obligación y protocolo que se heredaba de padres a hijos.

La evolución del arte floral

La costumbre de regalar flores se ha ido extendiendo generación tras generación hasta nuestros días. Aunque es cierto que antiguamente los regalos florales contenían quizá mucho más simbolismo e incluso misticismo, a día de hoy tenemos una grandísima calidad en el ámbito floral. Poco a poco, cada vez han ido surgiendo más personas que han decidido hacer de este bello arte su forma de ganarse la vida.

La aparición de la floristería tal y como la conocemos a día de hoy es relativamente reciente, ya que data del siglo XIX. Antes de que apareciera el primer establecimiento de este tipo, se podían comprar flores a vendedores ambulantes que poblaban las grandes ciudades. En las zonas rurales era más habitual encontrar funerarias que prepararan coronas de flores para los fallecidos.

Como podemos deducir la aparición de este tipo de comercio supuso un gran cambio para la sociedad. Los interesados podían ir al establecimiento en cuestión y elegir a su gusto el tipo de flores y de diseño florar que quisiesen.

Sin querer desprestigiar el trabajo de los vendedores ambulantes, hay que reconocer que la aparición de la floristería supuso grandes novedades. Por ejemplo, los vendedores ambulantes tenían un “catálogo” bastante escaso a la hora de proporcionar flores, ya que es probable que tuvieran a la venta únicamente flores autóctonas de las zonas en las que se encontraran. La floristería tenía más recursos a su alcance, y era capaz de ofrecer flores más exóticas originarias de otros rincones más cálidos o más fríos del planeta.

Las floristerías en la actualidad

Hoy en día, el mundo de las flores está muy extendido y goza de buena salud. Hay grandes profesionales en este sector que se dedican en cuerpo y alma a la decoración floral, como es el caso de lascameliasartefloral.com que es uno de los grandes referentes en este campo. La enorme experiencia que tienen a sus espaldas y su profesionalidad a la hora de trabajar se combinan para dar un servicio de calidad y totalmente adaptado a las necesidades del comprador. Ofrece adornos y motivos florales para todo tipo de eventos, bien sean bodas, nacimientos, regalos para el día de San Valentín, etc.

Otro de los servicios que tienen a su disposición y que últimamente están ganando más y más seguidores son los ramos de flores preservados. ¿Hay algo más emotivo que poder llevarte uno de los elementos más especiales del día de tu boda que puedas contemplar cada día y sin temor a que se marchite? Cada vez más novias quieren poder guardar sus ramos de novia como recuerdo y gracias a este servicio pueden hacer de su deseo una realidad.

¿Qué opinión tenéis sobre la decoración floral? ¿Sois de los románticos/as que aún regaláis flores en momentos especiales?

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